El Logroñés vuelve a la Segunda División tras una épica eliminatoria contra el Castellón, que todavía tendrá otra opción para lograr su ascenso. Una tanda de penaltis en la que Rubén Miño, portero canterano del Barcelona, se erigió como héroe de los suyos para regalar una noche mágica en La Rioja.
Ambos equipos se midieron en campo neutral, La Rosaleda, donde comenzó adelantándose el equipo mediterráneo en la primera parte. Un tanto de Ander Lepeña permitió al Castellón sentirse más cómodo en una primera parte que dominaron de principio a fin.
En la segunda parte el equipo riojano consiguió enchufarse con los cambios del míster, Sergio Rodríguez que dieron un aire nuevo al Logroñés. En la recta final del encuentro se calentaría el partido con un ‘gol fantasma’ no concedido, antes de que los castellonenses recibieran el gol del empate.